miércoles, 2 de julio de 2008

Pablo Picasso - Guernica




El Gobierno de la República Española encargó a Picasso un cuadro que decorara el Pabellón Español durante la Exposición Internacional de 1937 en París.

El contexto histórico del encargo es la guerra civil española, y la participación en la Exposición da la oportunidad de mostrar al mundo esa guerra.

Sin embargo, Picasso no tiene claro el cuadro, el tema…. Pero se producirá un hecho que se convertirá en el detonante de esta obra maestra:

El 27 de abril de 1937 se informó de que la ciudad de Guernica había sido arrasada por diversas bombas de hasta media tonelada y que la gente había muerto por las ametralladoras de los cazas.

“ La aviación alemana – la legión Cóndor – colaborando con el ejército de los nacionales bombardea a las tres de la tarde, en un día de mercado, la ciudad vasca de Guernica. Es el primer experimento de constatar los efectos de la guerra entre la población civil….”

Picasso, al enterarse, decide tomarlo como tema de un cuadro, empezó el 1 de mayo de 1937, el 8 de mayo se introdujo la madre y el caballo y el 11 de mayo empezó en el lienzo definitivo hasta el 4 de junio.

En poco más de un mes, realizando cientos de bocetos, dibujos etc., lleva a cabo esta obra al óleo de casi 8 metros por 3,5 m ( 3,57 x 7,82).

Ha pasado a ser una obra fundamental.

Breve Analisis

La austeridad cromática conviene al tema del cuadro. La primera imagen que Picasso recibió del bombardeo fue a través de los periódicos franceses, lo que propicia la teoría de que interiorizó el horror que ello supuso, reflejándolo con tonos negros y blancos.

Con un estilo personal, sus figuras, símbolos de la tradición colectiva española, deformadas y reinterpretadas por Picasso se convierten en símbolos del dolor, la fuerza, el sufrimiento, el pánico.

Al ver el cuadro lo primero que nos impresiona es su tamaño, es inmenso y ante esa amalgama de figuras, la falta de color, el protagonismo del negro nos sentimos un poco perdidos y buscamos la única referencia que tenemos del cuadro, “ Guernica”, pero por más que buscamos no hay nada, ningún elemento identificativo que haga referencia a ese pueblo concreto, al árbol de Guernica, a la guerra civil, a España…. Puede ser cualquier pueblo o ciudad de cualquier parte del mundo.

Pero en ese andar de nuestra mirada por el lienzo hemos ido descubriendo un orden en la composición, esta concebido como un gran tríptico: a la derecha la mujer que grita entre las llamas, en el centro el caballo, a la izquierda la maternidad doliente, además en la parte central hay un a estructura triangular marcada a la izquierda, por los perfiles de las figuras y a la derecha, por la luz que viene desde esa especie de fachada puerta que hay debajo del tejado.

La compartimentación, las deformaciones en piernas, pies, manos, cuellos, rostros… no hacen mas que acentuar la expresión de terror y caos


Imagenes en 3D

Una Mirada

Iniciando la lectura del cuadro por la derecha:
La mujer que levanta los brazos y se estira intentando escapar de las llamas que la consumen, del incendio provocado por el bombardeo, su rostro se convierte en un grito de espanto, de pánico, por debajo de ella, la pierna deforme de otra mujer que se arrastra y torsiona su cuerpo hacia otra mujer, una figura fantasmal que se está incorporando a la escena desde fuera, a través de esa ventana estrecha que le aprisiona los pechos, ya en la parte central, el candil compite con la bombilla - ojo, la luz que ilumina los acontecimientos, pero en este caso es una luz que no ilumina la escena, sino que queda encerrada en una elipse que esta rematada por cuchillos finamente afilados, la bombilla es una “bomb….”

En línea con la bombilla el toro, enérgico y monumental, torsionado hacia delante, puede ser símbolo de muchas cosas: la piel de toro símbolo de España y del pueblo español, o de la agresividad y del fascismo, independientemente de su significado el toro mira al espectador, puede ser el elemento acusador, nosotros espectadores formamos parte de ese género humano racional que ha provocado este caos y destrucción.

Por debajo del toro, la maternidad doliente, sus pechos caen fláccidos, ya no tienen razón de ser, su cara se ha convertido en un grito, sus ojos en dos lágrimas, su lengua en un punzón acerado, no es sólo una mujer de Guernica que ha perdido a su hijo sino que se convierte en símbolo de todas las madres que pierden a sus hijos en las guerras, puede ser una madre Palestina, hebrea, iraquí, madre de los vencidos y también de los vencedores muertos.

Detrás, sobre una mesa una paloma, también herida de muerte, que pía.
Por debajo de la maternidad, el guerrero, que sirve de nexo con la parte central y de base de todo el lienzo, despedazado, con el brazo seccionado, pero, a pesar de ello su mano sigue agarrando firmemente la espada, un arma de otra época, que también está rota.

Y encima el caballo que destripado, lanza un relincho brutal y sus ojos se convierten en dos tachuelas, es como si nos quisiese mostrar que ni siquiera los seres irracionales pueden comprender lo que ocurre a su alrededor

En medio de todo el caos, junto a la espada rota aparece una flor, ¿ todavía queda la esperanza? De la muerte surge la vida, la flor es pequeña, pero nace casi de la espada, es como si nos dijese que esas armas rotas deberían convertirse en arados.

Hay otro elemento que despierta la esperanza: la luz del candil de aceite, el mundo tradicional traído por una mujer que rompe el ámbito tenebroso del cuadro, es la luz tradicional frente a la luz industrial, la otra mujer ha visto la luz y se dirige hacia ella con un gesto concentrado y expectante.

El Guernica no es sólo un testimonio del bombardeo, ni de la guerra civil española, es algo más, es un alegato contra la barbarie, contra cualquier guerra. La ausencia de color, el negro subraya la muerte y la destrucción de los seres vivos, incluso de la civilización.

Fue voluntad del autor que esta obra suya estuviera en el Museo del Prado, pero nunca se llevó a cabo tal petición. Actualmente se encuentra en exposición permanente en el Museo Reina Sofía en Madrid, España.

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